Vivir con los suegros: ¿una vida en familia?
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“El casado casa quiere”. Es una frase muy común, aunque también se puede aplicar al caso de los convivientes. Y, es verdad, muchas personas que deciden vivir juntos quisieran tener un lugar propio para formar su propio hogar y vivir felices para siempre.
TAMBIÉN LEE: ¿Cómo iniciar una nueva relación cuando se tiene hijos?Para una pareja, que recién está en formación, lo ideal es vivir solos, porque recién se están conociendo y adaptándose a la pareja. La presencia de otras personas resta intimidad y libertad para negociar las reglas de esta nueva etapa de convivencia en la relación.
En la casa de los padres
Pero la realidad, ya sea por razones económicas, circunstanciales, entre otras, hacen que ese ideal no se concrete, de momento, y lleva a que una pareja comparta el mismo espacio con los padres de uno de ellos. Al inicio, la pareja, sea hombre o mujer, trata de adaptarse y vive un periodo inicial de tranquilidad con los suegros, pero luego surgen las diferencias entre ambos. Y es ahí cuando comienzan los problemas…
Establecer los límites
Por eso que si ha decidido vivir con los suegros o con sus padres es necesario que se puedan establecer reglas bien claras, para que exista una relación cordial entre las personas que comparten la convivencia.Es necesario que desde el principio se establezca que los padres ocupan un lugar especial y merecen respeto, pero jamás deben interferir en la convivencia conyugal. Ello implica que no tienen el derecho a tomar decisiones sobres sus vidas, o hacer comentarios en contra de alguno de los dos.
No generar dependencia
De otro lado, existen algunas parejas para las cuales el hecho de vivir en la casa de los padres puede facilitarles la vida, porque aparte de ahorrar dinero en el alquiler de un departamento, también ellos pueden ayudarles a compartir los quehaceres de la casa.Para que un matrimonio o convivencia tenga futuro este debe asumir el reto con corresponsabilidad, es decir con deberes y obligaciones.
No inmiscuya a terceros en pleitos
Así como se pide un espacio de privacidad para desenvolverse, también evite involucrar a terceros en las situaciones de pareja, muchos menos a los padres o suegros.Es por eso que se debe evitar acudir a la suegra, suegro o cualquier otro familiar cuando existan conflictos conyugales, porque esto solo demuestra inmadurez en uno de los dos o en ambos, al no poder resolver los propios problemas y, a la vez, suele ser lo que provoca confrontación a la hora de la convivencia. Con eso no se quiere decir que se excluya por completo a nuestros padres y demás familiares, porque siempre nos pueden apoyar o dar un consejo; sino que no los involucremos en medio del conflicto marital.
NO TE PIERDAS: Apropo: ¿Separados y bajo el mismo techo?Cualquier duda, llame al Servicio de Orientación en Sexualidad de APROPO 204- 5300 (Lima) o al 0800-70-626 (llamada gratuita desde provincia) de lunes a viernes de 8am a 8pm de y los sábados de 8 am a 5pm. O visite nuestra página web www.sexoseguro.pe
Pero la realidad, ya sea por razones económicas, circunstanciales, entre otras, hacen que ese ideal no se concrete, de momento, y lleva a que una pareja comparta el mismo espacio con los padres de uno de ellos. Al inicio, la pareja, sea hombre o mujer, trata de adaptarse y vive un periodo inicial de tranquilidad con los suegros, pero luego surgen las diferencias entre ambos. Y es ahí cuando comienzan los problemas…
Establecer los límites
Por eso que si ha decidido vivir con los suegros o con sus padres es necesario que se puedan establecer reglas bien claras, para que exista una relación cordial entre las personas que comparten la convivencia.Es necesario que desde el principio se establezca que los padres ocupan un lugar especial y merecen respeto, pero jamás deben interferir en la convivencia conyugal. Ello implica que no tienen el derecho a tomar decisiones sobres sus vidas, o hacer comentarios en contra de alguno de los dos.
No generar dependencia
De otro lado, existen algunas parejas para las cuales el hecho de vivir en la casa de los padres puede facilitarles la vida, porque aparte de ahorrar dinero en el alquiler de un departamento, también ellos pueden ayudarles a compartir los quehaceres de la casa.Para que un matrimonio o convivencia tenga futuro este debe asumir el reto con corresponsabilidad, es decir con deberes y obligaciones.
No inmiscuya a terceros en pleitos
Así como se pide un espacio de privacidad para desenvolverse, también evite involucrar a terceros en las situaciones de pareja, muchos menos a los padres o suegros.Es por eso que se debe evitar acudir a la suegra, suegro o cualquier otro familiar cuando existan conflictos conyugales, porque esto solo demuestra inmadurez en uno de los dos o en ambos, al no poder resolver los propios problemas y, a la vez, suele ser lo que provoca confrontación a la hora de la convivencia. Con eso no se quiere decir que se excluya por completo a nuestros padres y demás familiares, porque siempre nos pueden apoyar o dar un consejo; sino que no los involucremos en medio del conflicto marital.
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De otro lado, existen algunas parejas para las cuales el hecho de vivir en la casa de los padres puede facilitarles la vida, porque aparte de ahorrar dinero en el alquiler de un departamento, también ellos pueden ayudarles a compartir los quehaceres de la casa.Para que un matrimonio o convivencia tenga futuro este debe asumir el reto con corresponsabilidad, es decir con deberes y obligaciones.
No inmiscuya a terceros en pleitos
Así como se pide un espacio de privacidad para desenvolverse, también evite involucrar a terceros en las situaciones de pareja, muchos menos a los padres o suegros.Es por eso que se debe evitar acudir a la suegra, suegro o cualquier otro familiar cuando existan conflictos conyugales, porque esto solo demuestra inmadurez en uno de los dos o en ambos, al no poder resolver los propios problemas y, a la vez, suele ser lo que provoca confrontación a la hora de la convivencia. Con eso no se quiere decir que se excluya por completo a nuestros padres y demás familiares, porque siempre nos pueden apoyar o dar un consejo; sino que no los involucremos en medio del conflicto marital.
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