Grasse Becerra y Benjamín Lukovski preocupados por robo de celular con fotos íntimas

Me encanta escuchar conversaciones ajenas. Sé que está mal pero me pasa. Hoy al almuerzo no pude dejar de oír a mis vecinas de mesa hablar sin parar de una tal Grasse y un tal Benjamín que estaban preocupados porque les robaron un celular con fotos íntimas. Luego una de ellas revisó su Facebook y les dijo entre risas que a Ambar y Fabio les estaban lloviendo críticas por haber publicado una foto íntima en Instagram. Pronto entendí que se trataba de modelos de Combate, gente de farándula nacional.

Y bueno, esos cuatro son las víctimas de esta semana -o por lo menos del mes- porque la verdad es que desde que Kim Kardashian se volvió famosa al filtrar su video porno; muchos en Hollywood y Chollywood usan imágenes sensuales e íntimas para asegurar que los reflectores no los olviden. Pero, démosle a Grasse y Benjamín el beneficio de la duda, digamos que tuvieron la mala suerte de que sus fotografías y videos sensuales cayeran en las manos equivocadas. Imagina que siente el mismo pánico que tú cuando descubriste que tu ex podía ser medio psicópata y vengativo…y recordaste que en algún momento le habías mandado una selfie en la que salías con menos hilos encima del que usas para limpiarte los dientes.

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Y es que sí, en estos momentos de juzgar al otro es tan sencillo mirar por arriba del hombro. Es tan fácil decir y pensar que las personas deberían de realizar sus prácticas sexuales en privado y sin dejar ningún tipo de evidencia. ¡Pero es que la vaca no se acuerda cuando fue ternero! Seguro que tú también lo has hecho y lo has hecho porque (entre otras miles de razones) puede ser divertido.

Lo interesante de la conversación de mis vecinas de almuerzo es que -entre lomo saltado, ensaladas, pollo a la plancha y helados- recitaron una suerte de mandamientos o reglas de etiqueta (para hombres y mujeres) a la hora de tomarte fotos intimas con o para tu pareja; para divertirse y  nutrir la relación, a la vez que te proteges de salir lastimada o avergonzada. Quizá si Grasse y Benjamín hubiesen hablado con ellas no andarían tan preocupados ahorita:

En eso estuvieron de acuerdo todas de arranque. En resumen: no es muy buena idea mandarle fotos a personas que apenas conoces; con las que has salido una vez o que son personas con las que sólo has tenido encuentros casuales.

Eso quiere decir que, obviamente, tampoco es muy inteligente mandarle fotos íntimas a alguien que solo conoces por internet. Puede que se lleven muy bien, que él o ella parezca muy romántica y dulce; pero en realidad no lo conoces. Estas fotos son tan íntimas como tus recuerdos de la infancia, tus miedos, tus sueños; así que si las vas a compartir, que sea con alguien que sientes que merece recibir una porción tan grande de ese universo espectacular que eres TÚ.

Sí, lo sé. Va a ser una conversación incómoda, pero tienes que poner reglas. Esas sí que no son obvias ni pueden asumirse. Háblalas. Algunas personas se hacen las locas. "No me dijiste que no, pensé que estaba bien grabar mientras lo hacíamos, normal, ¿manyas?", o algún cuento así te sueltan cuando el daño ya está hecho.

Así que antes de mandar evidencia fotográfica de tu “personalidad” o de tu “potencial” o de lo que sea, asegúrate que tanto tú como tu pareja estén cómodas con intercambiar estas imágenes, díganse claramente si quieren o no que alguien más las vea y si quieren que se borre todo tan pronto después de verlo. Si no se dicen qué es lo que quieren, no lo van a adivinar.

Pero, está claro, solo una persona que te quiere y respeta cumplirá esas reglas. Por eso, es importante que cumplas la regla anterior. Y cuidado, que tú misma debes cumplir tus reglas: borra la foto tan pronto la envías, solo envía fotos con las que te sientas 100% cómoda, y no se las muestres a otras personas si fue lo que te pidió tu pareja.

Para ser sensual no hay que mostrarlo todo, de hecho, dejarle algo a la imaginación puede ser incluso mejor. Si quieres mandarle un recordatorio a tu pareja de sus noches juntos, pues ponte tu lencería más bonita. La gente tiene buena imaginación y excelente memoria (para estas cosas). Una pose sugestiva te puede llevar muy lejos...es sutil, es sensual, es posible.

Así tengas unos ojos de gato espectaculares o unos labios carnosos que derriten a cualquiera, quizá no es un buen plan que tu rostro salga en esa foto sensual. Si te daría vergüenza que tus papás vieran la foto, pues lo mejor será que no te salga la cara.

Si sientes la necesidad de mantener abierta la posibilidad de decir que no eres tú, tómala del cuello para abajo. Y seguir está regla más la anterior no te hará aburrida ni mojigata: Hay formas de tomar las fotos en las que te ves bien, tu cuerpo se ve bien, todos los puntos hots están cubiertas, y no se ve tu rostro.

OK, ya sé que no eres un profesional. Pues aquí hay alternativas: puedes descargar una app que te permita difuminar tus facciones. O, simplemente, recortar la foto. Después de todo, lo que más quieres mostrar no está por encima de los hombros.

Si tienes Smartphone, revisa qué aplicaciones tienen acceso a tus fotos. Facebook, iCloud, Flickr, Google +, Dropbox, y muchas otras hacen copias automáticas en la nube. La nube es segura, pero es cuestión de matemáticas: entre más copias hayan de algo, más fácil es que alguien lo encuentre. Para desactivar la sincronización, ve a los ajustes del teléfono y desactiva la sincronización de fotos. Uno, dos, tres clicks que te pueden ahorrar muchas lágrimas.

Snapchat, Glimpse, Wickr o Coverme impiden que una imagen recibida por el chat sea guardada en el celular. Quien la recibe sólo puede verla durante un par de segundos, pues después desaparece. Suena perfecto, ¿verdad?  Pues no, cualquier persona puede guardar tu foto con sólo dar un pantallazo. Así que usar estas aplicaciones no te libera de cumplir la regla número dos.

En general un poco más de trabajo pero puede hacer este juego sensual mil veces más seguro. Las carpetas comprimidas (con terminación .zip) le piden al destinatario una contraseña antes de abrirse.

Tu pareja y tú pueden descargar una app que te permita comprimir archivos desde el celular, como iZip. En general, no es buena idea guardar las imágenes, pero si vas a hacerlo, que sea en una de estas carpetas. Así, evitarás angustias si te roban el celular y tampoco vivirás momentos de vergüenza cuando alguien accidentalmente se tropiece con una de tus fotos o videos íntimos en la biblioteca de tu teléfono.

Si no les hiciste caso a mis vecinas en ninguna de las 7 reglas anteriores. Por lo menos aún puedes  localizar tu teléfono a través de Find My iPhone (iOS) o Google Play (Android). Estas apps también permiten borrar la memoria de tu aparato de manera remota cuando se vuelva a conectar a internet. No es 100% seguro que tus fotos no se filtren pero quizás ayude a disminuir algo los daños.

Mientras escuchaba a mis vecinas soltar estas ocho normas y consejos, yo solo recordaba la broma que me hizo un sacerdote cuando tenía 11 años. Me parecía que aplicaba perfectamente a esta misma situación; aunque en esa ocasión me fui a confesar porque había hecho trampa en una prueba de matemática:

-Hija, ¿te atrapó la profesora?

-No, padre.

-Entonces vete, que pecado es hacer las cosas mal.

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