Hombre casi pierde la vida por consumir bebidas energéticas

Brianna y Austin estaban esperando un bebé, ambos estaban muy emocionados y esperaban con ansias el día que tendrían a su pequeño en brazos. Un día la joven madre recibió una llamada de su suegra, “Austin tuvo un accidente”, le informó a Brianna y se le vino el mundo abajo, pensó lo peor. Manejó por casi 2 horas hacia el hospital donde se encontraba su esposo y se enteró que había tenido una hemorragia cerebral. 

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La familia del joven no podían creer la causa que le provocó la hemorragia, los médicos le explicaron que el exceso de golpe energético de las bebidas había provocado el derrame. “Fue un hábito que adquirió cuando empezó a hacer turnos más largos y tener que ir más lejos a trabajar” declaró la madre del joven.

Esa misma noche de la impactante noticia del medico entró a la habitación donde se encontraba Austin con un pronóstico muy poco alentador. “Tras esperar 5 horas, pudimos verle. Mientras todos se fijaban en su cara casi irreconocible, enganchado a tubos y máquinas, yo solo vi a sus padres. Vi la luz abandonar los ojos de su madre cuando vio a su hijo ahí tumbado. Vi a su padre romper a llorar mientras abrazaba a su esposa. No sabían si su hijo se despertaría”, confesó Brianna.

Al día siguiente el joven sufrió de constantes convulsiones y ataques al corazón, por ello volvieron a operarlo. Brianna tuvo que volver a casa porque estaba a punto de ser madre :“No voy a mentir, fue muy duro. Había planeado que Austin formara parte de este momento, que estuviera a mi lado dando la mano y cortando el cordón, para dar la bienvenida a nuestro hijo. Sin él, no estaba bien. Pero ocurrió un milagro cuando di a luz. Austin despertó. Pasé una semana sin verlo, pero pensaba en él cada día. Lloraba cuando miraba a mi hijo, que se parecía a su padre”.

Dos meses después que naciera el bebé Austin pudo conocer a su hijo y unos días después pudo volver a su hogar. Desde ese momento Brianna dedica tiempo completo a cuidar de pequeño hijo y su esposo quien quedó con discapacidad permanente y no puede realizar varias actividades por sí mismo. “Me despierto cada día para cuidar de nuestro niño precioso y de mi marido. Preparo las comidas, hago terapia física, del habla y ocupacional. Le ayudo con su higiene personal, y a caminar. Le ayudo con cada aspecto de su vida”.

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La joven madre confiesa que este proceso no ha sido fácil pero no descansará hasta que su esposo se recupere y mejore su calidad de vida “Él ya no es el hombre del que me enamoré, pero lo quiero más cada día. Luchamos para ayudarle a recuperarse. Para mejorar su vida. Un día lo conseguiremos. Hasta entonces, no me rendiré. Porque el amor es abnegado y lo quiero más que a la vida misma” confiesa.