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Los niños que caminan descalzos son más felices e inteligentes

Las especialista asegura que los pequeñosdescalzos no sólo son libres sino que experimentan al comienzo de su vida con diversas sensaciones. Únete al canal de Whatsapp de Wapa

    Los niños que caminan descalzos son más felices e inteligentes
    Las especialista asegura que los pequeñosdescalzos no sólo son libres sino que experimentan al comienzo de su vida con diversas sensaciones.

    Mientras más descalzo se mantenga un bebé sería más inteligente, así lo asegura un estudio titulado: Podología preventiva: niños descalzos igual a niños más inteligentes. La autora de este análisis es Isabel Gentil García, profesora de la Escuela Universitaria de Enfermería, Fisioterapia y Podología, de la Universidad Complutense de Madrid, España.

    Las especialista asegura que los pequeños descalzos no sólo son libres sino que experimentan al comienzo de su vida  con diversas sensaciones, descubren el mundo de una manera muy feliz y quizá con mayor importancia, porque  se volverían  más inteligentes.

    Los pies, según Gentil García, sirven a los niños para procesar información y antes de los 7 meses de edad llegan a ser más sensibles que las manos.

    El movimiento físico y el estímulo al explorar las sensaciones que le ofrece el estar descalzos aceleran la maduración del bebé, así como el desarrollo propioceptivo y el intelectual.

    La profesora y autora del estudio acepta que, en ocasiones, al bebé se le abriguen los pies para protegerlo del frío; más no que se usen zapatos incluso cuando ni ha iniciado el gateo, pues a su juicio calzarlos “es perjudicial para su desarrollo”.

    Gentil García aduce que luego de estudiar científicamente comportamientos y emociones en los bebés, todas las teorías “coinciden en que el avance (del niño) es fruto de una compleja interacción entre el ambiente y el organismo y que en el punto inicial del desarrollo de la inteligencia no existe una diferencia entre el yo y el mundo externo; se da todo en un bloque”.

    En ese “bloque” el preandante debe explorar y sentir directamente las texturas (alfombras, foamis, suelo, madera, grama, agua, entre otros) porque eso forma parte del aprendizaje.

    El calzado, no se justifica ya que “impide recibir sensaciones y añade un peso excesivo a los pies impidiendo el movimiento, y además puede causar lesiones”.

    Advierte que el adulto no debe, bajo ningún concepto, “poner impedimentos al desarrollo propioceptivo, neuromuscular e intelectual del niño encerrando sus pies en un calzado que no necesita. Al contrario, se deberá estimular a los niños a disfrutar de su cuerpo y de su motricidad con los pies descalzos”.

    Los pies se convierten en una vía para informar al bebé sobre su mundo interior. De allí la importancia de andar descalzos y hacer contacto con todas las superficies y texturas posibles.

    Gentil García advierte que si los pies son tapados o encerrados se priva al niño de toda la información táctil, “así como de la percepción de la posición y movimiento de los pies en relación con el espacio, que juegan un papel importante en el sistema nervioso central”.

    De hecho, destaca la autora del estudio, es vital para la maduración de las habilidades motoras, ya que de eso depende la coordinación visual, manual y el obtener informaciones táctiles y perceptivas.

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